Pedro Antonio Encina, el director del grupo de científicos, ha explicado que las algas “necesitan dióxido de carbono para crecer y generan oxígeno”, mientras que las bacterias aerobias presentes en los efluentes “necesitan oxígeno para sobrevivir y liberan dióxido de carbono”. Esta simbiosis es muy eficaz en el tratamiento de aguas fecales porque las bacterias aerobias, que son las encargadas de oxidar y eliminar contaminantes orgánicos presentes en los efluentes, crecen. Por otra parte, las microalgas necesitan luz y otros nutrientes, como nitrógeno y fósforo, para su fotosíntesis. Esta demanda supone un mayor rendimiento del proceso de tratamiento, ya que el nitrógeno y el fósforo son dos compuestos que presentan las aguas residuales y que también se intentan eliminar. Los sistemas simbióticos de microalgas y bacterias son relevantes en el tratamiento de residuos agrícolas e industriales debido “a su bajo coste de instalación y mantenimiento”. Así, el grupo de investigación los ha implementado “con éxito” en el tratamiento de efluentes ganaderos como purines de cerdo y vaca o gallinaza (estiércol de gallinas); así como en melazas (producto derivado de cañas y remolacha tras la extracción del azúcar), residuos del petróleo o efluentes de matadero, en el ámbito industrial.
lunes, 13 de julio de 2009
La biotecnología, eficaz en el tratamiento de aguas residuales
El potencial que poseen las microalgas como consumidoras de dióxido de carbono puede ser de provecho en múltiples campos. El Grupo de Tecnología Ambiental de la Universidad de Valladolid lo ha utilizado en el tratamiento de aguas residuales y efluentes gaseosos tanto de tipo doméstico como agroindustrial.
Pedro Antonio Encina, el director del grupo de científicos, ha explicado que las algas “necesitan dióxido de carbono para crecer y generan oxígeno”, mientras que las bacterias aerobias presentes en los efluentes “necesitan oxígeno para sobrevivir y liberan dióxido de carbono”. Esta simbiosis es muy eficaz en el tratamiento de aguas fecales porque las bacterias aerobias, que son las encargadas de oxidar y eliminar contaminantes orgánicos presentes en los efluentes, crecen. Por otra parte, las microalgas necesitan luz y otros nutrientes, como nitrógeno y fósforo, para su fotosíntesis. Esta demanda supone un mayor rendimiento del proceso de tratamiento, ya que el nitrógeno y el fósforo son dos compuestos que presentan las aguas residuales y que también se intentan eliminar. Los sistemas simbióticos de microalgas y bacterias son relevantes en el tratamiento de residuos agrícolas e industriales debido “a su bajo coste de instalación y mantenimiento”. Así, el grupo de investigación los ha implementado “con éxito” en el tratamiento de efluentes ganaderos como purines de cerdo y vaca o gallinaza (estiércol de gallinas); así como en melazas (producto derivado de cañas y remolacha tras la extracción del azúcar), residuos del petróleo o efluentes de matadero, en el ámbito industrial.
Pedro Antonio Encina, el director del grupo de científicos, ha explicado que las algas “necesitan dióxido de carbono para crecer y generan oxígeno”, mientras que las bacterias aerobias presentes en los efluentes “necesitan oxígeno para sobrevivir y liberan dióxido de carbono”. Esta simbiosis es muy eficaz en el tratamiento de aguas fecales porque las bacterias aerobias, que son las encargadas de oxidar y eliminar contaminantes orgánicos presentes en los efluentes, crecen. Por otra parte, las microalgas necesitan luz y otros nutrientes, como nitrógeno y fósforo, para su fotosíntesis. Esta demanda supone un mayor rendimiento del proceso de tratamiento, ya que el nitrógeno y el fósforo son dos compuestos que presentan las aguas residuales y que también se intentan eliminar. Los sistemas simbióticos de microalgas y bacterias son relevantes en el tratamiento de residuos agrícolas e industriales debido “a su bajo coste de instalación y mantenimiento”. Así, el grupo de investigación los ha implementado “con éxito” en el tratamiento de efluentes ganaderos como purines de cerdo y vaca o gallinaza (estiércol de gallinas); así como en melazas (producto derivado de cañas y remolacha tras la extracción del azúcar), residuos del petróleo o efluentes de matadero, en el ámbito industrial.
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